El que la sigue la consigue “dos robalos”

                           “Llevaban mucho tiempo estos robalos rondando en la zona”

Adrián Jimenez nos cuenta como fue su experiencia con esos robalos que llevaban casi dos meses en las cercanías del puerto de Cayón. Adrían vive mismo en el puerto y como el todos los pescadores profesionales como deportivos y otros curiosos nos acercábamos al puerto haber los robalos, como las aguas se encontraban muy claras se veían a la perfección.

Esta foto la hizo Mariano con su móvil unos días antes, el robalo de 5´350 gramos.

                       

                                           “Esos robalos deberían saber a pulpo”

Yo también era otro que todos los días iba hacerle la visita al puerto y también como muchos hemos intentado su captura. Estos robalos no tenían la necesidad de cazar para comer, sabían que a diario la gente que limpiaba los pulpos en la rampa del puerto tiraban los huevos y demás restos del pulpo, por lo que los robalos aparecían a los 10 minutos y antes de probar un bocado inspeccionaban la misma como del “CSI” se tratara. Podía darse el caso de comer el primer bocado y ya de noche hacían los viajes necesarios entre los tres robalos del grupo hasta terminar con todos los huevos del pulpo.

                                “Al faltarle los restos de pulpo entraron sin piedad”

Se ha probado de todo con huevos de pulpo, camarón vivo y a spinning con señuelos artificiales y vinilos etc, incluso Adrían lo había intentado a la submarina haciendo largas esperas bajo el agua.

Martes día 3 de Marzo 2012 Adrián después de llegar del instituto salió con su caña para pesca a los “mujeles o lisas” y en lo que pesque 6 al final de buen tamaño, lo que menos pensaba es ver llegar a los famosos robalos detectando el olor de su  carnada que para ello estaba utilizando “parrocha”.

El más grande se acercó y a la vista de los presentes se apreció como tragaba ese pequeño anzuelo, poco pudo hacer que en los primeros tirones le rompió el anzuelo.

Las parrochas frescas fue el cebo clave para la captura de estos dos robalos.

Ya no pudo dormir y al día siguiente otra vez después del regreso del instituto, comer, caña en mano y muy preparado con mejor equipo salió en busca de los robalos. Su posta sobre unos 30 metros de casa, pescando desde una altura de 9 o 10 metros desde la barandilla del puerto en el lado más alto.

Su equipo era una caña de fibra de vidrio maciza de más de 30 años de su abuelo, montado con un carrete de los modernos e hilo trenzado.

Los anzuelos esta vez no iban a fallar, fuertes y de buen tamaño ya no iba a por los “mujeles", si no por los robalos”.

Pescando a fondo y con la carnada que ellas les gustaban “la parrocha fresca”, que el mismo se encargaba en el sitio haciendo filetes para engancharlos en el anzuelo camuflándolo totalmente para que este fuese efectivo y de esta manera pescar a fondo.

La primera  picada que le parecía que fuese de un pescado pequeño, un cachete de caña, bastó para que el robalo comenzase a emprender su huida, pero le valió de poco al final lo vare por la misma rampa del puerto El robalo peso en la bascula 3´100 gramos.

Había mucha expectación y muchas ganas de que alguien los pescara, incluso a mi a 11 kilómetros de Cayón recibí una llamada de un amigo dándome la noticia (yo le dije fotos por un tubo y de todo jejejeje).

                  “Se echará de menos la presencia de estos robalos en el puerto”

Siguió pescado muy nervioso por lo acontecido, no se lo podía creer ni el ni todos presentes en el puerto (la noticia más importante de la zona).

En el segundo robalo y después de media hora lanzó cerca de la orilla y lo que menos podía esperar es que el segundo robalo fuese el más grande de 5´350 gramos, dice que empezó a dar tirones para todos los lados, hubo que ajustar el freno y soltarle hilo, después de unos momentos de lucha logró llevarlo a varar mismo en la Ribeira  (nombre del pequeño arenal  del puerto).

Ese fue el último de una pescata que siempre recordaré y que quiero compartir en este blog con todos los lectores, son los famosos robalos y su historia en la que para dos de ellos ha terminado, posiblemente el que queda al percatarse de la falta de sus compañeros evacue la zona y se adentre en el Océano Atlántico.

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                                 Adrián: Un saludo a todos y MUY BUENA PESCA